Hoy con el coche de alquiler nos vamos hacia Ubud, en el centro de la isla. Aprovechamos para visitar el templo de Uluwatu, situado en el sur de Bali, cerca de donde estamos ahora.
El templo está chulo pero cuidado con los monos, que hemos visto cómo birlaban unas gafas a una señora en un santiamén. Menos mal que ha podido recuperarlas.
Luego nos vamos al templo más famoso y fotografiado de Bali, el templo Tanah Lot. Este templo se encuentra situado sobre un islote de roca metido en el mar. Durante marea baja se puede pasar sin problemas pero nosotros llegamos en marea alta. De todas formas, las vistas son espectaculares. Eso sí, antes de llegar al templo hay una especie de puestos con camisetas, artilugios y comidas por donde hay que pasar obligatoriamente, al más puro estilo Ikea.
El trayecto en kilómetros es corto, pero en tiempo se va una vida. Además las indicaciones son escasas o inexistentes. Hay que tener buen sentido de la orientación, porque aquí los GPS todavía no los conocen. Llegamos a Ubud, tras pasar bonitos paisajes de campos de arroz y horribles pueblos atestados de coches, motos y gente. Ubud es un poco más de lo mismo, gente, motos, turistas, coches que no se mueven, pero nuestra sorpresa cuando llegamos al hotel Junjungan Spa & Hotel. Se encuentra en calle a unos 3.5 km de Ubud, entre campos de arroz y es muy tranquilo. El personal del hotel es exquisito en el trato y la habitación enorme. Como venimos un poco cansados del coche y del tráfico decidimos darnos un masaje balinés (1 hora por 15 euros) y la verdad es que es lo mejor del viaje. Cenamos también en el hotel, los dos por menos de 8 euros y una comida buenísima. El trato del personal de hotel sigue siendo buenísimo. La cama con doble dosel es como dos camas de 1,35m, vamos enorme. Además tenemos vistas a los campos de arroz y por la noche resulta precioso. Hoy si que dormimos a gusto.
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